Jueves 26 de Septiembre de 2013 a las 22:58

Extrañas desapariciones en Lebu y Cañete tienen de cabeza a las policías

La Policía de Investigaciones durante los últimos meses ha puesto a prueba su capacidad para resolver cuatro extrañas desapariciones en las comuna de Lebu y Cañete. Pese a todas las labores de búsqueda aérea, terrestre y acuática, estas han resultado infructuosas y de paso se han transformados en intrincados casos policiales sin resolver.

Uno de los casos más emblemático para la zona es la desaparición de Marcelo Reyes Carvajal (49), conductor del Servicio de Salud Arauco, que se extravíó el 26 de julio y hasta hoy nada sabe de su paradero. A este trabajador la última vez que lo vieron con vida fue la tarde de ese mismo día cuando pasó a un local de comidas del centro de Cañete.

“Lo último que tenemos de esta caso es la versión de un chofer de taxi en Contulmo que asegura haber visto el vehiculo en que se desplazaba el señor Reyes en esa comuna.  Pero de ahí en adelante no ha habido más pistas ni datos concretos.  De hecho ya se han completado dos meses de su desaparición y poco se ha avanzado, pese a todos los ratreos y diligencias”, indicó el subcomisario de la PDI de Lebu, Marcelo Urrea.

Un segundo vecino de Lebu desapareció sin dejar rastro alguno el pasado 03 de septiembre.  Fue visto en la prolongación de calle Prat vendiendo locos entre las 21.30 y 22 horas.  De ahí en adelante todo es una completa nebulosa que tiene a la policía civil tratando de resolver este verdadero puzzle policial.  “La falta de cooperación y datos concretos han dificultado la búsqueda de esta persona.  Hay un par de diligencias pendientes que podrían arrojar algunas pistas”, precisó en este caso el subcomisario Urrea.

En la ciudad histórica por su parte la historia de dos hermanos de la localidad de Pulebu es casi similar a lo acontecido en Lebu.  Un anciano de 80 años desapareció exactamente (hoy) 8 meses desaparecido.  El 27 de enero compartió unas copas con unos amigos en una vivienda de la localidad de Tres Sauces, tras varias horas se marchó a su hogar, pero nunca llegó.  Aquella vez su hermano de 65 años lo acompañó, el mismo que el 21 de mayo, luego de asistir a la misma casa y en una situación similar se extravió y nada más se supo de su paradero.

“Han pasado ocho meses en el caso del hermano mayor y ya cuatro del otro.  Nostros hemos efectuado todas las diligencias que están a nuestro alcance y además hemos solicitado la ayuda de peritos psicológicos y perros entrenados para la búsqueda de restos humanos, y nada de eso ha servido para dar con el paradero de los hermanos José Valeriano y José Segundo Pueico-Lepillan Huenuan.  Pese a ello seguiremos desarrollando nuestras labores para aclarar estas desapariciones”, apuntó el comisario jefe de la Bicrim Cañete, Carlos Sanhueza.

Mientras desde el punto de vista policial se investigan estas presuntas desgracias, las familias exigen que las fiscalías y la Policía de Investigaciones no cesen en sus labores, ya que a medida que pasa el tiempo la incertidumbre, la desesperanza y la impotencia crece, más aún, cuando la falta de pistas han sido los mayores problemas para resolver estas casos.