Un día después de lo que fue la sesión especial sobre colusión de bencineras solicitada por el senador Alejandro Navarro en el Congreso, esta vez en plena Plaza Independencia, el vicepresidente de la Cámara Alta dio junto al presidente de la Federación de Transportes de Carga de la Región del Biobío, Germán Faúndez, criticaron la fijación y regulación de precios “de las cuales  las distribuidoras hoy son partícipes de un secretismo inaceptable”. Ambos se reunieron con Guillermo Valdés, ex pequeño distribuidor de combustibles de Terpel, comentando el parlamentario esperar que “la investigación que está en curso en la Fiscalía Nacional Económica antimonopolio sea apoyada con testimonios como éste”.

A lo anterior, Navarro detalló: “este empresario nos dice que sí realmente existía un acuerdo de precios permanentemente, al menos en Concepción y Talcahuano. Es más, una vez por bajar en $1 el valor de la bencina de 93 Octanos llegó un empleado de una Copec a prometerles ‘las penas del infierno’ si no bajaban ese peso; y a partir de ahí, todos los jueves debían contactarse con él para acordar las cifras”.

El senador Navarro dio a conocer el caso de Guillermo Valdés “quien tuvo que soportar el miedo de los funcionarios que vivían en aquella distribuidora de combustibles en la que fueron intimidados e incluso algunos encerrados por las noches, siendo sus instalaciones fotografiadas por extraños, entre otros hechos”, dijo.

“El turbio mercado de unos pocos”

De acuerdo al parlamentario, “los actores del combustible se repiten en otras áreas.  Por ejemplo, COPEC controlaba más del 65% de la distribución minorista de combustibles y sobre el 70% del área mayorista. En 2010, las ventas totales fueron de 3.695.152 MM$, todo lo cual llevó a una utilidad de 104.450 MM$, un 17,9% mayor que el año 2009”. Y explicó que “es por ello que el Tribunal de la Libre Competencia en mayo de 2011 determinó que el 20 de junio de 2012 que COPEC debía vender sus activos de Terpel en Chile. No obstante en septiembre de 2011, el holding Quiñenco del Grupo Luksic, adquirió de la firma colombiana Organización Terpel, para adquirir la compañía en Chile, que incluye 200 estaciones de servicio y 97 tiendas, por US$320 millones. Y es así –comentó Navarro- que el diario El Mercurio informó entonces que Luksic concentraba el 25% del mercado de combustibles”.

Que sea un mercado poco transparente, para el Senador es porque “los valores de venta de los combustible desde ENAP a los distribuidores, es secreto, por lo cual no se puede saber el diferencial entre compra y venta que se quedan las distribuidoras”.

El presidente del MAS a comienzo de este año ya presentó antecedentes en la Fiscalía Nacional Económica y el mes pasado entregó nuevas pruebas solicitando a un fiscal adjunto para acelerar el proceso de investigación sobre su denuncia por la  concertación de precios entre las distribuidoras de Gasolina de 93, 95 y 97 Octanos, y de Petróleo Diesel y Kerosene, que actualmente impera en la Región. “Es ilógico y difícil de entender el porqué de la arbitrariedad de los precios. Si cuando baja el precio de los combustibles a nivel internacional, las distribuidoras locales mantienen los precios. Si incluso el mismo Sernac, a través de sus  sondeos oficiales lo ha acreditado una y otra vez, el último, a fines de enero de este año”.

Y Navarro finalizó: “Necesitamos poner fin a este verdadero flagelo, que abulta de manera casi incontrolable los precios de las bencinas y vacía los bolsillos de cientos de miles de chilenos”.