Considerando la preocupante realidad por la que atraviesa la frutilla blanca de Nahuelbuta – drástico descenso de la producción de cultivos de las últimas cuatro décadas – la atención está centrada en el proyecto que es impulsado por INIA Quilamapu y desarrollado en la cordillera de Nahuelbuta donde las familias que cultivan este fruto durante décadas y dónde se han establecido han establecido esta temporada más de dos mil plantas in vitro de frutilla blanca, con el fin de llevar material vegetal libre de plagas y enfermedades y cuyo crecimiento que es supervisado tanto por los investigadores del Instituto como por los cerca de 30 productores locales. Controlar la maleza es un objetivo esencial, considerando que compiten con las plantas de frutilla, y por ello saber manejarlas los acerca a su objetivo final de revalorizar este fruto originario de la zona cordillerana que limita la novena y octava región.
“Estamos enfocándonos en todos los problemas que pueden tener los agricultores en la producción de la frutilla blanca. Hoy hablamos sobre el manejo de malezas y es necesario que el agricultor conozca las malezas que tiene y sepa si son anuales, bianuales o perennes y cómo se multiplican además de si su punto de crecimiento está bajo o sobre el suelo. Y con esta información pueden de mejor forma controlar cada tipo de maleza”, sentenció Cecilia Céspedes, Investigadora de INIA Quilamapu y encargada del proyecto, quien explicó que es importante manejarlas, porque compiten con los cultivos por espacio y por obtener nutrientes, agua o luz y asà se transforman en un potencial riesgo – en este caso – para la frutilla.
La cita que se desarrolló el jueves 10 de agosto en Purén, incluyó una capacitación dictada por Alberto Pedreros, especialista en malezas de la facultad de AgronomÃa de la Universidad de Concepción, quien tras revisar los camellones junto a los agricultores encontró concluyó que entre todas las malezas presentes, sólo una maleza conocida como vinagrillo, es la más complicada de manejar. Reconocerla es importante, mencionó, ya que una vez identificada sabremos cómo controlarla. Y destacó la importancia de mantener un control adecuado considerando este proyecto y argumentó que, “Esta es la zona de mayor importancia para la producción de frutilla chilena y uno de los problemas serios que tiene es la presencia de malezas”, resumió a tiempo que recomendó técnicas como el uso de mallas antimalezas o mulch orgánico para combatir la aparición de las indeseadas malezas entre nuestros cultivos, conocimientos que fueron valorados por los frutilleros de la cordillera de Nahuelbuta que anhelan recuperar las masivas cosechas de antaño.