La gran familia minera, que se constituyó entorno al yacimiento “Pilpilco†a principios del siglo XX, se reunirá este sábado (10 de febrero) en la localidad de Cerro Alto (Comuna de Los Ãlamos).
“Pilpilco no sólo marca nuestra identidad comunal, sino que también es parte fundamental de nuestro patrimonio y con el afán de mantenerlo vivo estamos preparando el IV Encuentro Pilpilcanoâ€, comentó el Alcalde Jorge Fuentes, quien también invitó a todos los ex mineros, a sus esposas, madres, hijos y nietos que forman parte de la familia pilpilcana a participar del evento y recordar gratos momentos de la historia comunal.
El Encuentro Pilpilcano –organizado por el Municipio y la agrupación “Pilpilco en el Corazónâ€- se llevará a cabo en las dependencias del Liceo multicultural Claudio Flores de Cerro Alto, ubicado en Avenida Diego Portales 824, Cerro Alto.
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LA HISTORIA DEL PUEBLO QUE NUNCA MORIRÃ
La Tierra Prometida del Carbón como también se conoce a Pilpilco fue un pueblo de la comuna de Los Ãlamos, ubicado a 1 km de Cerro Alto, en la bifurcación Cerro Alto –Curanilahue. Su historia se remonta a 1940, cuando se vivió el apogeo de la minerÃa del carbón.
En 1938 llegaron los primeros habitantes a Pilpilco a realizar sondajes. Dos años más tarde, al abrirse la mina Zapallo Norte, comienzan a arribar muchos en busca de oportunidad laboral.
En ese entonces, no habÃa casas en el territorio y quienes llegaban tenÃan que hacer rucos con empalizadas de madera nativa y techos de chupón. De esta manera, comenzó a levantarse lo que años más tarde serÃa un Gran Pueblo, que basaba su economÃa entorno a la extracción del oro negro desde las entrañas de la tierra.
En 1944 el pueblo ya tenÃa entre 5 y 6 mil habitantes. HabÃa viviendas, escuela, teatro, estadio, correo, comercio, bodegas, club social, casas y oficinas de administración, piscina, policlÃnico y maternidad, entre otros servicios.
En 1975 se produce el cierre de la mina Pilpilco y empieza el éxodo de la población a Curanilahue y a otras ciudades mineras. Los mineros desarmaron sus casas y con la madera construyeron sus nuevos hogares. A los pocos años, el poblado de Pilpilco habÃa desaparecido.