GastronomÃa tÃpica y mucha cueca fueron parte de la cuarta versión de esta festividad criolla, cuya principal atracción fue ver las colleras que dirigieron el movimiento de los caballares en la separación del trigo de la paja.
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Cerca de 2 mil personas llegaron hasta el sector El Peley de Quillón para participar de cuarta versión de la Trilla a Yegua Suelta, tradición que se niega a morir y que la municipalidad local se ha encargado de mantener año a año.
“Estamos muy contentos con la alta afluencia de público en esta trilla, que por lo demás nació por gestión de nuestro alcalde Alberto Gyhra como una forma de mantener las fiestas costumbristas en los lugares donde nace la tradición. Quillón no es solamente laguna y zona urbana, también están nuestras distintas localidades rurales, donde está todo aquello que nos representa”, indicó Vladimir Peña, alcalde (s) de Quillón.
Música folclórica, gastronomÃa tÃpica y el plato fuerte, la trilla; fueron parte de la gran fiesta campesina, que comenzó con los protocolos respectivos para luego comenzar con las colleras.
“Esto estuvo muy bueno, mucha gente de hartos lados. Estamos contentos de poder dar lo mejor para recibir a los turistas. En muchas partes esto se ha dejado de lado y usan máquinas, ya los caballos no se usan y no se hace fiesta. Nosotros queremos seguir con lo que hacÃan nuestros padres y abuelos”, señaló Diego Garrido, presidente de la junta de vecinos El Peley.
TRADICIÓN CULINARIA
De acuerdo a la tradición, tres dÃas debe durar una trilla, los que se acompañan con mucha comida y bebestibles. Separar el trigo de la paja no es fácil, más por la cantidad de producto que se buscaba extraer. Hoy el trigo no sobreabunda y en un dÃa y medio se termina la labor. No obstante, la tradición de la buena mesa se mantiene.
“Siempre hay que tener mucha comida, porque llega bastante gente. Hacemos hervido de porotos, costillares y bistec de trilla. También para tomar hacemos mistela y otras cosas que son tÃpicas de acá”, aseguró (Cocinera).
Sin duda, la gastronomÃa local tiene su encanto. Sólo bastaba con estar en el sector de cocinerÃas para verificar que nunca estuvo vacÃo. El balance fue muy positivo.
“Muy linda esta trilla, algo tradicional. La comida está muy buena y la fiesta siempre ha sido algo lindo que os gusta ver. Lo mejor es que la tradición no muere”, dijo Francisco Lobos, oriundo de San Carlos.
Por su parte, la penquista Karen Fernández, destacó la gran importancia de la trilla a yegua suelta, ya que “uno trae a sus hijos para que aprendan de las cosas que se hacen en el campo. Ellos son de ciudad y solo saben de teléfonos y esas cosas, pero no conocen lo lindo que es vivir en el campo y sus tradiciones”.
Diez colleras participaron en el movimiento del trigo, que llegaron de Ránquil, Florida y del mismo Quillón. A la orden del mandarÃn, las duplas de jinetes entraron a la era para mover a los ejemplares con gritos, silbidos y guascazos. Los horqueteros por su parte, se encargaron de reagrupar las mieses para continuar con los demás binomios, a vista de un público que disfrutó con el espectáculos.
La fiesta se extendió hasta altas horas de la madrugada, al ritmo de cuevas y música ranchera.