Ana MarÃa siempre supo que querÃa estudiar pedagogÃa. Cuando estaba en educación básica iba a los cursos de kinder y ayudaba en lo que podÃa a sus profesores. SabÃa que el trabajo con los más pequeños era como escribir en un cuaderno en blanco donde todo es nuevo y cada palabra escrita queda guardada para el resto de la vida.
Ana MarÃa cumplió su sueño y hoy es una de los 200 mil educadores que dedican su vida a enseñar a los niños de nuestro paÃs creando una relación profunda que, además de conocimientos, entrega herramientas útiles para comprender lo que pasa en el mundo y para enfrentar las dificultades. Lo que pasa al interior de la sala de clases pasa a ser como una especie de vÃnculo sagrado que gatilla y transforma a profesores y alumnos.
Durante su vida laboral, cada educador puede llegar a educar a más de 6.000 niños y niñas. Más de 12 mil las horas son las que pasan cientos de estudiantes frente a un profesor a lo largo de su etapa escolar. Tal como dijo Paulo Freire, reconocido pedagogo del siglo XX, la educación no cambia el mundo, sino que cambia a las personas que van a cambiar el mundo. Todo esto nos trae a la luz la importancia de los maestros en las aulas.
Convencidos del poder transformador de la educación, ARAUCO fundó hace 27 años la Fundación Educacional Arauco, un esfuerzo permanente y sostenido por aportar a la calidad y equidad en la educación. ¿Por qué? Porque soñamos con un paÃs en el que las oportunidades de un niño no dependen del hogar en el que nació ni la escuela donde estudió. Con un Chile en el que todos sus niños pueden desplegar su máximo potencial a través de educadores ejemplares, con vocación y ganas de cambiar la vida de millones de niños.
Por eso hoy los celebramos. Porque creemos en ellos, en su capacidad de crear cambios masivos y de transformar la vida de las futuras generaciones. ¡Feliz dÃa a todos los profesores!
Isidora Recart, gerente de Fundación Educacional Arauco