Jueves 11 de Agosto de 2011 a las 21:38

Emotivo recibimiento a los abuelitos que murieron en incendio

Unos dos mil cañetinos llegaron hasta el centro de la ciudad para recibir los restos de los adultos mayores que murieron en la tragedia del pasado domingo al interior del Hogar Digno Atardecer.  Acompañados de un dispositivo policial desde su salida del Servicio Médico Legal de Concepción, a eso de las 14.50 horas, llegaron los carros fúnebres hasta la parroquia Nuestra Señora del Carmen.

En la avenida Presidente Frei, ingreso norte de Cañete, había vecinos con pañuelos blancos esperando el paso de los carros mortuorios.  “Cañete está de luto (…) esta tragedia nos tocó a todos.  Fue horrible que nuestros adultos mayores tuvieran que partir de esa manera, por eso, salimos a darles la bienvenida a la tierra que los vio nacer”, señaló María Rodríguez, una de las cañetinas que hondeó su pañuelo y dejó caer varias lágrimas.

En el centro de la comuna siete ataúdes fueron bajados por sus familiares en medio de profundas escenas de dolor hasta el interior de la capilla católica de la ciudad histórica.  Los restos de Ana Palacios se fueron directo hasta la localidad rural de Ponotro, lugar en que esperaba su familia.  En tanto los restos de Martín Llaupe llegaron pasadas las 18.30 horas.  Fue así que siete víctimas fatales del incendio del asilo de ancianos recibieron el responso ecuménico de los sacerdotes cañetinos.

Cuatro días debieron esperar los deudos para velar a los abuelitos que perdieron la vida en el voraz incendio que destruyó la casa de acogida en que vivían.  “Por un lado dolor y por otro alegría, ya que fue una semana de larga espera, y hoy, ya estamos en Cañete”, dijo angustiado Milton Vera, sobrino de Víctor Vera.  “La angustia fue tremenda desde que supimos que la habíamos perdido (…) ahora estamos tranquilos para estar con ella unas pocas horas”, relató Marcía Díaz, nieta de Emilia San Martín.

Un ambiente de tristeza y resignación acompañó el responso que se les brindó en la iglesia católica de Cañete.  Pocos pudieron no quebrarse y no derramar una lágrima, es que la pena de perder a los ancianos fue tal que fue un duro golpe a toda la ciudad.  “La herida está abierta y el dolor es inmenso (…) eran como nuestras guaguas, ya si los cuidábamos.  No entendemos como sucedió esta terrible tragedia”, narró entre sollozos la presidenta del Comité Ayuda al Anciano, María de los Ángeles Galilea.

Tras el final de la misa de recibimiento los restos se dirigieron hasta el lugar en que fueron velados.  Martín Llaupe a Tirúa, Emilia San Martín a Llenquehue, Ana Palacios a Ponotro, Margarita Bizama a Angol, Vitermino Segura y Víctor Vera a la capilla Jesús de Nazareth de la población Sargento Aguayo.  Flaviano Bizama a casa de unos familiares en avenida Presidente Frei, Inés Rivera y Armanda Pastor en los velatorios parroquiales del centro de Cañete.

 

Daniel Roa.